Habían pasado dos días desde su falta y aun no había recibido noticias del Consejo. El estado de Kati comenzaba a ser cada vez más paranoico y, por ello, cuando Daniel la citó en su despacho necesitó una bolsa de papel para serenarse. Era por ello, se decía más tarde, por lo que no había encontrado las palabras para decirle a su jefe que no deseaba en lo más mínimo casarse con él, como tenía pensado hacer. O puede que fuera porque no le había dado opción para decir ni una sola palabra desde que entró al despacho. O quizás simplemente no había tenido el valor de hacerlo después de que, tan caballerosamente, éste la dijera que no permitiría que el Consejo tomara una decisión negativa sobre el futuro de su prometida.
Fuera por lo que fuera, lo cierto es que Kati no pudo evitar sentirse culpable durante toda la jornada laboral, diciéndose que tal vez su jefe no era tan malo después de todo y que, desde luego, no se merecía seguir pensando que ella sería su esposa cuando no era así. Así pues, Kati esperó a acabar su trabajo y, cuando no quedaba casi nadie en la oficina, se encaminó hasta el despacho de Daniel para decirle la verdad. Estaba a punto de llamar a la puerta cuando oyó voces en el interior que decían su nombre y no pudo evitar escuchar a escondidas.
-Entonces, todo arreglado, ¿no es cierto? El Consejo sólo aceptará su permanencia en el sistema si se casa conmigo –escuchó decir la voz de Daniel. Una voz desconocida lo confirmó –Casi agradezco que todo esto haya ocurrido. No he podido evitar observar que ella es reacia a la unión, y ahora no tendrá más remedio que aceptarla. No creo que tenga muchas oportunidades de rebelarse una vez que yo tenga todos los derechos legales y morales sobre ella, pero la amenaza del Consejo me permitirá tener un mayor control sobre ella.
-No debes olvidar para qué se realiza esta unión, ni quién la ha hecho posible –dijo la otra voz, amenazadora.
-No, no lo olvidaré –respondió la de Daniel –El poder de Kati servirá a vuestros fines tanto como a los míos.
-Bien. Porque si te atreves a traicionarnos, tu poderosa esposa se quedará viuda… y se le encontrará otro marido apropiado.
Kati se quedó paralizada por la impresión, pero luego tuvo la suficiente rapidez de reacción para alejarse de la puerta antes de que Daniel o el propietario de la misteriosa voz salieran. Se volvió a sentar en su escritorio durante un buen rato, y finalmente se encaminó a su apartamento, dispuesta a coger sus cosas y marcharse. Impaciente por llegar pero temerosa de que se notara algo extraño en su comportamiento, se obligó a ir despacio hasta que llegó a su portal, donde comenzó a subir las escaleras lo más rápido posible.
Un nudo de terror se instaló en ella cuando vio la puerta de su apartamento abierta. Entró apresuradamente para encontrarse con todas sus posesiones desperdigadas por el apartamento, incluidos los libros, el bonsai y su documentación falsa.
-Muy interesante –dijo una voz profunda a sus espaldas, echándose a reír.
Mierdaaaaa!!! ME he quedado peor que si hubiera leído el anterior la semana pasada. Muy mal Deby!!!
ResponderEliminarEs el semielfo, verdad? ¿también era el semielfo el que estaba con el jefe en el despacho?
Que sepas que ahora mismo te odio ¬¬
Saluditos
jajaja! te aseguro que pasará esto en todos los episodios. Me gusta mantener en vilo a mis lectores XD
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