Llegó el día de la presentación y yo, con unos nervios horrorosos, agarré mi cámara y un paquete de pilas y me planté en el bar tres cuartos de hora antes. ¿Para qué me sirvió llegar tan pronto? Para estar como un pasmarote retorciéndome de lo nerviosa que estaba, porque acabé en seguida de prepararlo todo. ¿Para qué me sirvió el paquete de pilas? Para nada, porque mi madre, que era la fotógrafa principal, tocó donde no debía y ahora dependo de las fotos que me manden los asistentes T_T.
Poco a poco empezó a llegar la gente y les fui entregando los paquetitos de regalo que hice, compuestos por un imán para nevera con las portadas, una pegatina de mi dragoncito, un par de piruletas y un detallito para organizar los papeles. Aquí va una foto:
Retrasamos lo máximo posible el comienzo por si había rezagados. Una cosa hay que tener en cuenta y es que se tarda tanto en llegar de Madrid a Alcorcón que de Alcorcón a Madrid. Son sólo veinte minutos y debo decir que me cabrea que ciertas personas (ellas ya saben quiénes son) me digan que es que está muy lejos y que luego pretendan que yo vaya a sus acontecimientos en Madrid. La misma distancia, el mismo tiempo. Si yo puedo hacerlo, ellos también. Me parece razonable que no se venga por tener otros compromisos, pero cualquier excusa de Está muy lejos es eso... una excusa. Yo ahí lo dejo...
Bueno, el caso es que, salvo por ciertas bajas de última hora (algunas que avisaron, por lo que se les perdona, pero otros directamente no aparecieron habiéndome dicho insistentemente que ellos SÍ que iban a venir y sin mandar un miserable mensajito de "Oye, que al final no puedo") vino la gente que esperaba y, con algunos sentados y otros de pie, empezamos la presentación.
Yo estaba nerviosísima y cuando me tocó hablar titubeé un poco, pero creo que por lo general salió bastante bien, aunque eso sólo lo pueden decir los asistentes ^^. Bueno, el caso es que hablamos de los dos libros un rato, luego las preguntas y las acostumbradas firmas (no tengo todas las fotos, porque como ya he dicho me quedé sin cámara, así que sólo os pongo un par de imágenes).
Como sabía que iba a firmar varios y, como sabéis, suelo dibujar dragoncitos en mis dedicatorias, me hice unos sellos especialmente para la ocasión que triunfaron (menos mal que los hice, porque si no nos habríamos eternizado con tanta firma). La idea era poner sólo uno, pero los asistentes insistieron en que querían los tres :)
Y ya está, no voy a eternizarme. Muchas gracias de nuevo a todos los asistentes por tan maravillosa velada. Me alegró mucho veros a todos y poder compartir con vosotros ese día tan especial.