—Según nuestras leyendas—empezó el semielfo—, los elfos fueron los primeros en ser creados por nuestros dioses. Por desgracia, al ser los primeros, esos dioses cometieron un inmenso fallo, ya que no tenían un sexo definido y por tanto no podían reproducirse. Así que, tras muchos experimentos y deliberaciones fallidos, decidieron dividir a cada una de sus criaturas en dos, cada una con un sexo. Ese es el origen de las seleen inima, dos personas diferentes pero que forman un solo ser. Todo el que tenga algo de sangre elfa en las venas puede tener un seleen inima, aunque eso lo deciden los Destinos.
—Así que somos almas gemelas… Me imaginaba algo así, siento algo extraño desde el momento en que te vi.
—Si fuera sólo eso, princesa… Las seleen inima no se sienten completas hasta que no encuentran a su pareja y sus almas están condenadas a reencarnarse hasta que eso ocurre y realizan cierto ritual de unión, según se dice. Por desgracia, ese ritual implica que cuando uno de los dos muera el otro muere también, y que si uno sufre el otro lo nota a la vez. Además, aunque pueden tener relaciones sexuales con otras personas, sólo podrán tener hijos con su seleen inima. Y se han dado casos, aunque son los menos, en los que dos seleen inima no estaban enamorados de su otra mitad, sino de otras personas, y eso resulta siempre doloroso. ¿Entiendes por qué no te lo dije antes, princesa? Al parecer también tienes algo de sangre elfa y todo el que lleve nuestra sangre está condenado a tener un seleen inima. No soy la clase de tipo que viva su vida en reclusión, y hay altas posibilidades de que sea capturado o muera mucho antes de lo que debería. Pero es algo sobre lo que no se puede elegir y me temo que te he tocado yo.
Kati se quedó pensativa durante un buen rato y después dijo:
—Hiciste bien en no decírmelo desde el principio. Me habría dado un ataque de pánico.
Ares la miró con aspecto culpable y preguntó casi con miedo:
—¿Y ahora?
Kati le miró con dulzura y, acariciando su mejilla, se limitó a inquirir:
—¿Cuándo hacemos el ritual?
***
La luna llena se alzaba alto en el cielo cuando Kati apareció en el claro del bosque con un vestido de gasa prestado especialmente para la ocasión. No había mucha gente (sólo la banda, Tabide, Asdeen y Diodec) porque el ritual de las seleen inima era algo muy privado, limitado a la familia y los amigos más cercanos.
Se sentía con los nervios a flor de piel (no dejaba de ser una boda, y sabía lo que venía después), así que avanzó con timidez hasta que Ares entró en su campo de visión. Realmente amaba a ese semielfo, y le encantaba la perspectiva de compartir el resto de su vida con él, a pesar de los riesgos. Al llegar a su altura, se miraron a los ojos y Ares le acarició suavemente el cabello. Unos pocos minutos después, pronunciaban las palabras que les unirían para siempre.