sábado, 1 de enero de 2011

Capítulo 2, parte 2

Kati respiró hondo y trató de calmarse mientras el aparato avanzaba con rapidez por el aire de la cúpula. No obstante, no sólo no lo logró, sino que además comenzó a marearse debido a las numerosas vueltas que daba el mercenario semielfo con el aerodeslizador.

- ¿Es realmente necesario que hagas eso? –preguntó mientras intentaba controlar el mareo respirando lentamente.

- Sí, a no ser que quieras que los dos seamos abatidos por los cañones de plasma de las corporaciones. Es lo que suelen hacer cuando un vehículo no identificado sobrevuela sus instalaciones.

- ¡Pero eso es ilegal! –exclamó Kati indignada. Ares la miró de reojo mientras esbozaba una irónica sonrisa.

- ¿Y desde cuando les ha importado a las empresas religiosas eso, princesa? -Kati comenzó a balbucir una respuesta sobre las leyes gubernamentales de la burbuja a las que estaba sometida cada corporación, pero fue interrumpida por un desdeñoso gesto de la mano de Ares –Pero bueno, preciosa, ¿de veras te crees toda esa monserga? Supongo que tantos años de lavado de cerebro dentro de una corporación tienen efecto incluso en una chica tan espabilada como tú. Permíteme que te ilustre. Por supuesto que existen esas leyes que tanto pretendes defender, pero no son más que un papelito sin importancia que os muestran a los sumisos esclavos corporativos para que os sintáis a salvo del resto de las empresas religiosas. ¿Quién te crees que creó esas leyes? Las empresas religiosas. ¿De quién están compuestas las fuerzas de seguridad comunes de esta preciosa burbuja? De los cuerpos de seguridad privados de las empresas religiosas. ¿Y para qué ceden sus cuerpos de seguridad privados al Estado? Pues precisamente, princesa, para que cuando cometan una infracción como, no sé, ¿quizás abatir en pleno vuelo un aerodeslizador desconocido que se ha adentrado en su territorio?, tener unos cuantos hombres en el poder público y salir impunes.

- ¡Pero el Consejo es independiente! ¡Es el que dicta las leyes!

- Claro, por eso las empresas se encargan de sobornarles, emparejarles con gente de los niveles superiores de su organización y de amenazarles con sus matones contratados porque (¿no te lo he contado?) la mitad de las bandas de asesinos e incursores de los arrabales está contratada de forma fija por alguna empresa religiosa para amenazar a nuestro independiente Consejo, mientras que la otra mitad está contratada para infiltrarse en las empresas de la competencia y sabotearlas o robar sus avances tecnológicos.

- ¿Y tú en qué mitad encajas?

- Mi banda y yo somos hombres libres, princesa. Nos vendemos al mejor postor y ganamos mucho haciéndolo.

Kati se quedó en silencio, olvidado ya el mareo y reflexionando sobre cuánto de lo que Ares le había contado era verdad y cuánto era para asustarla. Pasó así un buen rato, hasta que se fijó de que habían pasado de largo los arrabales y se dirigían a las puertas de la ciudad.

- Pero ¿dónde vas? ¡No podemos salir de la burbuja, el mundo exterior está contaminado!

- Ah, bueno, preciosa, es otro detalle que se me olvidó comentarte. Todos los empleados de las empresas religiosas tienen un chip de localización insertado en alguna parte del cuerpo. Si no salimos de la burbuja, me parece que nos encontrarán pronto… y esquivar cañones de plasma será el menor de nuestros problemas.

3 comentarios:

  1. Adoro a Ares XDD. Dice princesa demasiadas veces pero de verdad que lo adoro.
    Saluditos

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  2. yo amo a areees. tendra algo con ella???'

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